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Mauricio Florez Morris, Ph. D.

Abuelita de 84 años enfrenta compañías de botellas plásticas

Actualizado: 26 oct 2020


La frase "toda política es local" atribuida a Tip O´Neal, célebre vocero Demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, perfectamente ilustra los tres años de lucha política (2010-2012) entre la líder octogenaria Jean Hill contra las grandes corporaciones sobre una propuesta impulsada por ella para prohibir la venta de agua en botellas plásticas de uso personal.

Siendo esta la primera vez que este tipo de proposiciones se presenta en Norteamérica, el documental "Divide in Concord" (Divididos en Concord), (82 minutos, 2014) nos muestra, desde ambos bandos, toda la dinámica política que se desarrolla en este pequeño pueblo de Massachusetts, al noreste del país. La localidad de Concord ofrece un interesante escenario para estudiar este tipo de procesos democráticos, pues su legislación permite que proyectos legislativos puedan ser presentados a su concejo local con solo la firma de diez ciudadanos. En caso de que los concejales no lleguen a un acuerdo, las decisiones se trasladan a una reunión anual (Town Meeting) en la que todos los votantes del pueblo deliberan y deciden sobre estas iniciativas.

Un aspecto interesante del filme, dirigido por Kris Kaczor, es que nos muestra el proceso de surgimiento y evolución de los líderes de ambos bandos. El sector ecologista que favorece la prohibición esta comandado por la activista Jean Hill, una mujer de 84 años, quien después de criar 4 hijos y con la muerte de su esposo en el 2006, se dio cuenta que, por primera vez en su vida, no era responsable de otros y que podía hacer lo que quisiera. La motivación para proponer la prohibición de la venta de botellas plásticas con agua, se la dio su nieto quien un día le comentó de los grandes basureros que habían en los océanos. Esto la hizo recopilar información sobre el problema y buscar posibles soluciones en la web. Después del primer año de campaña donde la señora Hill comete varios errores, se le suma a la causa, Jill Appeal, una joven jefa de campaña, quien la apoya en todos los aspectos logísticos de la contienda.

El bando opositor a la prohibición está representado por dos importantes figuras de Concord, Jim Crosby, dueño del pequeño supermercado Crosby´s Marketplace, quien lleva trabajando 32 años en la comunidad. Uno de los productos que vende en su negocio son las botellas plásticas de agua, de menos de un litro. Apoyando mantener la libertad para la venta de este producto, también se encuentra Adriana Cohen, líder local del Partido Republicano quien ya había participado en campañas de recolección de fondos para importantes personajes de su partido y quien tiene acceso a influyentes medios de comunicación. Hoy en día ella se desempeña como comentarista en el canal Fox News y es columnista en el diario The Boston Globe.

 

Adicionalmente a la buena descripción de los líderes de ambos bandos, el documental usa pequeños fragmentos con opiniones de sus seguidores para presentar los argumentos a favor y en contra de la prohibición de estos envases. Por ejemplo, las personas que argumentan en contra de la prohibición hablan de la importancia que los individuos tienen para preservar la libertad de elegir lo que quieren comprar. Este argumento tiene especial resonancia en Concord, una de las poblaciones abanderadas en la lucha contra los ingleses en el proceso de independencia.

Los oponentes a la prohibición también indican que ya el pueblo tiene un programa de reciclaje de basura y que sus opositores deberían hacer su campaña en ciudades donde no lo hay. Ellos adicionalmente señalan que esta ley generaría inconvenientes para los consumidores acostumbrados a llevar pequeños envases de agua a actividades recreativas y deportivas. Hablan de un posible impacto negativo en los negocios locales debido a la baja en las ventas, pues el agua representa un 30% del negocio de bebidas embotelladas, y las de consumo individual son la mitad de este mercado. También predicen que, de pasarse esta ley, tendría poco impacto en la limpieza del océano. Se habla que es erróneo tratar de convertir un producto legal en ilegal, especialmente cuando no se trata de algo malo como la cocaína o la heroína, sino del agua.

 

El grupo a favor de la prohibición argumenta que ya hay leyes que limitan las libertades de las personas para su propio bien. Por ejemplo, los límites de velocidad para conducir en las carreteras. También indican que solo un 20% de las botellas plásticas realmente se reciclan y que el resto termina en basureros tanto en tierra como en el mar. El 90% de la basura en los océanos esta conformada por plásticos. Hablan que durante el proceso de descomposición estos se convierten en pequeñas partículas que son primero consumidas por los peces y así regresan para afectar la salud de los humanos.

Para contraponer el argumento histórico, los ecologistas mencionan que Concord también es la tierra de Henry David Thoreau, famoso filosofo conservacionista, quien escribió el libro Walden, en el que aboga por un balance entre la civilización y la naturaleza. Su texto describe la experiencia vivida por 2 años, 2 meses y 2 días, en una cabaña que Thoreau construyó frente al lago Walden. Su obra inspiró a líderes como Martin Luther King y Mahatma Gandhi, y su cabaña es hoy una de las principales atracciones turísticas de la región.

Frente a la acusación de tachar de radicales a las personas que quieren prohibir las botellas plásticas, ellos responden que los realmente radicales son sus contrarios que piensan que pueden alterar la química del planeta simplemente para aumentar las ganancias. Explican que como el negocio de las sodas (Coca-cola, Pepsi, etc.) viene sufriendo en sus ventas, ahora estas compañías intentan reemplazar los ingresos perdidos en el rubro de las gaseosas con los del agua embotellada. Por último, sostienen que las personas ya están sufriendo y muriendo debido a cambios climáticos. Por esto, cuando la gente dice que quiere tener la posibilidad de decidir si compra o no agua embotellada, hay que recordarles que no toman esas decisiones en el vacío sino en un contexto. Ellos recuerdan que el fin de esta prohibición no es recolectar el dinero de las multas a los infractores sino el de modificar las conductas de la población. Pese a estos argumentos, es claro que el movimiento ecologista está enfrentando a una industria que ha gastado enormes cantidades de dinero en promover sus botellas de agua para uso personal.


A continuación, un ejemplo de costosas cuñas publicitarias que promueven el consumo de agua en botellas plásticas para una persona. (Para mayor ilustración ver los primeros 6:43 minutos del siguiente filme).

 

Ejemplo de spot publicitario ecologista contra el consumo de plásticos

 

En la medida que transcurre el documental "Divide in Concord" nos vamos enterando que la información que ambos bandos manejan ha sido suministrada por grupos de pensamiento (think tanks), Por ejemplo, del lado ecologista se mencionan datos suministrados por la Corporate Accountability International en Boston, su página en español es (https://www.stopcorporateabuse.org/en-espanol). Por otro lado, los que están en contra de la prohibición, encuentran a su principal aliado en la International Bottled Water Association, IBWA, (Asociación Internacional de Agua Embotellada) (http://www.bottledwater.org).

El filme muestra como la IBWA manda correos con propaganda a importantes grupos demográficos de Concord. Por ejemplo, se mencionan postales que se le envían a las madres de estudiantes de los colegios para defender su derecho de incluir botellas de agua en las loncheras que les preparan a sus hijos. La propaganda de los grupos ecologistas es más artesanal, pero no por eso menos efectiva. Por ejemplo, el documental exhibe una escultura hecha por un artista local con 1500 botellas plásticas vacías, lo que equivale al número de estos recipientes que se destapan en los Estados Unidos cada segundo. Todas ellas, el artista las sustrajo de la caneca de basura de solo una familia vecina.

El documental destaca cómo grupos religiosos, restaurantes y comentaristas de radio van tomando partido en este debate. Ambos bandos saben de la importancia de esta discusión, debido a que el resultado que se obtenga en Concord va a influir en similares procesos en otras localidades del país.

 

En el 2010, cuando la propuesta de prohibir la venta de agua en pequeñas botellas plásticas fue originalmente presentada por Jean Hill, la misma no fue considerada para votación por errores en su redacción. En el 2011, fue sometida a votación, pero perdió por 7 votos. Finalmente, en el 2012, la constancia ganó y la prohibición fue aprobada por 33 votos. A partir de este momento esta iniciativa ha marcado un hito en el movimiento ecológico en los Estados Unidos.

Uno de los factores decisivos para movilizar la población en favor de esta propuesta fue la difusión de dos ejemplos que se relacionan con esta agenda ecológica. El primero se produjo en el 2011, cuando la activista Peggy Brace, logró pasar una ley en Concord, cuyo fin era evitar que los consorcios de propietarios prohibieran que sus habitantes secaran la ropa en cuerdas frente a las ventanas. Al quitarle este derecho a los consorcios, se buscaba darles la oportunidad a las personas de ahorrar energía, que de otra manera iba a ser gastada en las secadoras de ropa.

 

Un ejemplo, aún más importante, lo dio un grupo de estudiantes de secundaria quienes encontraron que pese a la buena calidad del agua del acueducto de Concord, sus compañeros estigmatizaban este producto y preferían comprarla envasada en botellas plásticas. Como parte de un proyecto de clase, los alumnos consiguieron una donación para instalar cuatro bebederos ecológicos, que ofrecían agua fría y filtrada. Esto generó que se dejaran de comprar decenas de miles de botellas de agua al año. En este punto, el documental nos invita a reflexionar sobre la forma como estos proveedores de agua (pese a los beneficios que le brindan a la comunidad) han ido desapareciendo de muchos lugares públicos como colegios, centros comerciales, gimnasios, parques, consultorios médicos, etc. mientras que la industria de bebidas ha aumentado su venta de agua embotellada.

El filme nos recuerda que la naturaleza no se puede defender por si misma y que por lo tanto debemos revertir las conductas dañinas con legislación inteligente que le brinde a los ciudadanos la oportunidad de tener alternativas de consumo ecológico de productos naturales como el agua. El ver funcionar las fuentes en sus colegios, hizo que muchos estudiantes con edad de votar apoyaran la iniciativa de Jean Hill, pese a la enorme diferencia de edad que existía entre ellos y la líder.

 

Jill Appeal, la jefe de campaña a favor de prohibir la venta de agua en botellas plásticas, al final del documental, reflexiona sobre cómo el ser activista de causas ecológicas implica siempre estar preparado para recibir desilusiones. Ella recuerda que durante este proceso electoral algunos grupos que originalmente los apoyaban terminaron votando contra la prohibición. Sin embargo, asegura que, pese a estas traiciones, la única forma para cambiar significativamente la sociedad es estar involucrado en la dinámica electoral. Para ella, el papel del líder es sacar al ciudadano común de su zona de confort e involucrarlo en lo que sucede en la sociedad. Esto requiere de un proceso de mutuo entendimiento, donde el dirigente político debe tener un espacio de tolerancia para resolver posibles tensiones entre sus creencias y las opiniones de otras personas.

 

Tráiler del documental: "Divide in Concord"

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Este artículo fue escrito por Mauricio Florez Morris, Ph.D. El autor ha sido profesor en las facultades de Ciencia Política y Sociología en University of Maryland, George Washington University, Georgetown University, y North Virginia Community College en los Estados Unidos. En la Universidad del Rosario y la Universidad Javeriana en Colombia, al igual que en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Salvador en la Argentina.

Su actual interés académico se centra en temas relacionados con los estudios de opinión pública, campañas electorales, marketing, liderazgo y psicología política. Es miembro de la American Association of Political Consultants (AAPC), la American Political Science Association (APSA) y la American Sociological Association (ASA), al igual que de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos (ACOPOL). Ha trabajado en campañas electorales para organizaciones afiliadas al Partido Demócrata en los Estados Unidos.

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